Retrospective of the Spanish Royal Family, Part 1 (February 2003 - June 2006)


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www.corbis.com - Left to right: Infanta Cristina, Prince Felipe, Queen Sophie, King Juan Carlos, and infanta Elena, in the garden at Zarzuela palace.
 

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www.corbis.com - Left to right: Prince Felipe, infantas Cristina and Elena, drawing at Zarzuela palace.
 

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www.corbis.com - 1 January 1975 - Heir Prince Felipe and his sister Infanta Christina during a military parade in Madrid.
 

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www.corbis.com - King Juan Carlos de Borbon with young Prince Felipe during a tennis match.
 

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GETTY IMAGES - Infanta Elena, Infanta Cristina, Prince Felipe, and Queen Sofia attend a ceremony for the crowning of King Juan Carlos November 1975 in Madrid, Spain.
 

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GETTY IMAGES - Queen Sofia of Spain and her children Infanta Cristina, left, and Infanta Elena hold hands while walking in an undated photo in Madrid, Spain.
 

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Hello-


Can anyone provide more information on the following?

Before Queen Sofia married King Juan Carlos was she infatuated with King Harald of Norway? Did she want to marry him? If so, why didn't she marry him?

Was King Juan Carlos practically engaged to Princess Gabrielle of Savoy? Why couldn't he marry her? And did he date a woman named countess Olghina Rabiland? Did he have a child out of wedlock with her?

Thanks in advance for your help!
 
I've never heard that Sofia was interested in Harald. Where did you hear or read this information?
 
Originally posted by fifiona@Feb 21st, 2004 - 12:22 am
I read about it in Vanidades magazine in the January/February issues.
In which country is this magazine published?
 
The magazine is published in Miami and in South America. It is written in Spanish. Give me a couple of days and I will get the volume numbers for you. I am not sure if you would have access to the magazines at your library.
 
I don't know if I would either. But thanks for trying to find the volume and issue number. Maybe I can order it online.

What is the gist of the article?
 
It is an article that is in several part. I have only read part one and two so far. I am waiting for part three. It gives you basics on JC and Sofia and their lives. It deals with their families and how they grew up. It also talks about their life before their marriage (ie his dating Princess Gabrielle of Savoy with photos!) and their life up until 1969. It has a couple of photos that I hadn't seen before. They also gloss over how he shot his brother, how much Sofia's dowry was and what life was like for them under Franco. I hope this helps.
 
Interesting reading, it sounds like fifiona. I'd definitely be interested in getting my hands on the magazine and the issues in particular you mentioned. Thanks for the information.
 
I did a Google search and here's what I found:

Vanidades

LA NOVELA DE SUS VIDAS

por: Eunice Castro
Fuente: Vanidades

JUAN CARLOS Segunda parte

En el capítulo anterior

• Tanto las familias de Juan Carlos como Sofía tuvieron que enfrentar el exilio.

• Juan Carlos experimentó mucho dolor en su familia: una de sus hermanas nació ciega y su hermano murió delante de él de un disparo accidental.

• Todos consideraban al Príncipe y a María Gabriela de Saboya “prácticamente novios”.

• Hubo rumores relacionados con la relación de Juan Carlos y Olghina Robiland.

• A pesar de que había diferencia de religiones entre ellos, Juan Carlos se enamoró de Sofía de Grecia y se casó con ella.

La luna de miel de Juan Carlos y Sofía fue espléndida, aunque ellos decían que no tenían dinero para realizarla.

—Gracias a las generosas invitaciones que nos hicieron en sus casas amigos y familiares, el viaje duró cinco meses.

Su crucero inicial fue por las islas griegas. Allí, en medio del mar Egeo, a bordo del yate, Sofía fue bautizada como católica el 31 de mayo de 1962, por monseñor Printesi, quien viajó expresamente para celebrar la ceremonia en la mayor intimidad. No hubo fotógrafos ni invitados. Con Juan Carlos y algunos miembros de la tripulación como testigos, solemnemente Sofía se convirtió a la fe católica y reconoció la autoridad del Papa.

—En su propio país ella renunció a su religión y luego partieron a Roma, para visitar el Vaticano —dijo un observador. En la ciudad eterna les esperaban los tíos de Juan Carlos, los príncipes Civitella-Cessi, quienes los invitaron a hospedarse en su palacio Torlonia. En el Vaticano tenían concertada una audiencia con el Papa Juan XXIII.

Sofía se presentó luciendo un sencillo vestido largo de seda negra y en la cabeza llevaba mantilla y peineta españolas. Juan Carlos iba de frac.

Después de la entrevista y recibir las bendiciones del Papa, la pareja regresó al palacio Torlonia, donde sus tíos habían dispuesto un almuerzo familiar para celebrar el acontecimiento. —La ceremonia duró 40 minutos y se celebró en la biblioteca privada del Sumo Pontífice —diría Sofía—. Miren el rosario de oro que me regaló Su Santidad. Lo cuidaré como un tesoro muy preciado.

Después, Sofía y Juan Carlos viajaron a Madrid para agradecerle al general Franco sus atenciones y dejarle constancia de sus próximos proyectos.

—El General les envió un avión de las Fuerzas Armadas, especialmente para recogerlos —dijo un familiar.

La visita de los Príncipes a El Pardo fue breve, pero Sofía dejó muy impresionado al Caudillo. Según su secretario, Salgado-Araujo, Franco le dijo:

—La Princesa habla bastante el español y se está dedicando a estudiarlo intensamente. Es muy agradable e inteligente, y parece muy culta.

Al día siguiente, los novios continuaron su viaje de bodas y aprovecharon su crucero por el Mediterráneo para visitar a sus amigos, los príncipes Rainiero y Grace de Mónaco, que habían asistido a su boda en Grecia. Estos ofrecieron la primera gran recepción en honor a los recién casados, siendo esta una de las más brillantes que se recuerdan en el diminuto Principado. Un participante contaría:

—La celebración fue en el Sporting Club de Montecarlo con la presencia de Frank Sinatra, Yul Brynner y su esposa, Glenn Ford, Hope Lange, Robert Wagner y otras estrellas de Hollywood, y un sinnúmero de distinguidos invitados.

UNA SEGUNDA ETAPA.

El crucero marítimo terminó en Portofino, dando comienzo a una segunda etapa que tuvo especial relevancia, porque los Príncipes aprovecharon las visitas a los países que iban a ir para tener su primer contacto con los jefes de Estado y de Gobierno, y con una política internacional de la que no tenían experiencia alguna. En la India se entrevistaron con Nehru, el primer ministro, discípulo de Gandhi y uno de los artífices de la independencia de su país. Luego visitaron el Taj Mahal, el famoso mausoleo erigido por el emperador indio Yahan, cerca de Agra, en memoria de su amada esposa.

En Nepal, reino independiente de Asia, donde se encuentra el monte Everest, fueron recibidos por el rey Mahendra. En Tailandia fueron invitados a palacio por los reyes Bhumibol y Sirik.

Juan Carlos era muy amigo de Hussein, el joven rey de Jordania. Por ese entonces este estaba casado con su segunda esposa, Toni Gardiner “Muna”, una joven inglesa. El estaba muy feliz, porque el 30 de enero de ese año de 1962, ella le había dado su primer hijo varón: el príncipe Abdalá (hoy actual rey de Jordania).

Hussein desplegó todo su encanto con sus invitados, que disfrutaron del exotismo árabe, de su música, comidas y costumbres. Montaron los famosos caballos del soberano hachemita y pasaron unos días deliciosos en el balneario principesco de Agapa, frente al Mar Muerto.

Juan Carlos y Sofía comentaron:

—Hussein es un hombre sencillo, con un corazón que no le cabe en el pecho. ¡Dios lo bendiga!

Su amistad duraría siempre.

En Filipinas, antigua colonia española por más de tres siglos y medio, se entrevistaron con el presidente Diosdado Macapagal, quien tuvo múltiples atenciones con la pareja. En Japón les esperaba el príncipe heredero Aki Hito.

—Estoy maravillada —exclamó Sofía—. Cualquier objeto, así sea el picaporte de una puerta o una simple taza de té, es una obra de arte hecha por la mano del hombre con gran paciencia.

Dondequiera que iban, Juan Carlos tomaba fotografías, porque era un gran aficionado a este arte.

Desde Japón, él y Sofía volaron a Hawai, donde pasaron unos días encantadores. De allí viajaron a San Francisco, luego se desplazaron a Los Angeles, donde el pianista Iturbi les había preparado una sorprendente recepción con los actores de Hollywood más famosos de la época del cine de oro.

—Entre las parejas de baile de la princesa Sofía figuró Henry Fonda —comentó el anfitrión.

Al día siguiente visitaron los estudios de la Metro y pudieron saludar a otra de las leyendas de la Meca del cine: John Wayne.

Pero el mayor interés de Juan Carlos era conocer al presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, algo que se le estaba haciendo casi imposible. Pero quiso el destino que los Príncipes coincidieran con Kennedy en el Hilton Beverly Hills Hotel, al que tuvieron que ceder la suite presidencial que ocupaban.

—No pudimos saludarnos —diría Juan Carlos—, pero el Presidente envió unas flores a Sofía y se programó una cita para un encuentro en Washington.

Finalmente, el 30 de agosto, Kennedy recibía a los Príncipes en el despacho Oval de la Casa Blanca.

No podían los Príncipes dejar de visitar la Florida, estado que habían colonizado y pertenecido a España, siendo San Agustín su primer pueblo fundado. Allí habían establecido la primera iglesia católica, la primera escuela y la primera farmacia.

—Todo está intacto —exclamó Sofía en la villa—. Es como si el tiempo no hubiese pasado.

De Florida volaron a New York, donde la multimillonaria griega, la señora Goulandris, les prestó un lujoso apartamento durante su estancia. Luego fueron a Londres, a visitar a sus familiares de la realeza británica.

¿UNA APENDICITIS O UN EMBARAZO EXTRAUTERINO?

A su regreso a Atenas se acabó el bello sueño. Esperaba al Príncipe un destino incierto. Al principio, el matrimonio montó una casa en Grecia. Dos días después de asistir a su primer acto público, Sofía sufrió un dolor abdominal agudo.

—Es tan fuerte que no puedo soportarlo —susurró ella sudorosa.

—Llamaré a una ambulancia para llevarte al hospital de inmediato —dijo Juan Carlos, asustado.

Sofía fue intervenida quirúrgicamente, y se anunció que había sido debido a un ataque de apendicitis. Pero según François Jaudel y Laure Bolay, en su libro Los reyes de hoy, cuando esa intervención se produjo, doña Sofía estaba embarazada de dos meses, lo que le quitaba por esta vez, “la esperanza de ser mamá”, dando a entender que sufrió un embarazo extrauterino.

—Gracias a Dios su recuperación fue muy rápida —diría su madre, la reina Federica. Tiempo después, a Juan Carlos y a Sofía les llegó una oferta desde Portugal..

—Mi amigo Ramón Padilla nos brinda la villa de su propiedad Carpe Diem, en Estoril, por si queremos ir a vivir allá —dijo Juan Carlos a Sofía.

Allá fueron, pero el Príncipe no soportaba la vida monótona y aburrida de Estoril, ni ocupar una casa pequeña y prestada, teniendo a su disposición el palacio de La Zarzuela, en Madrid. La realidad era que si la pareja quería tener alguna posibilidad de reinar tendría que instalarse en España cerca de Franco, para cuando este decidiera nombrar sucesor.

El conde de Barcelona no deseaba que su hijo regresase a España, pero como de poco le servía tratar de retenerlo a su lado, escribió a Franco una carta con fecha del 8 de febrero de 1963, donde decía al Caudillo: “No ha pasado por mi imaginación suspender la presencia del príncipe de Asturias en España y mucho menos por una decisión mía”.

Al mes siguiente, en marzo, los Príncipes se instalaban en La Zarzuela. Según Fernando Rayón, en su libro Sofía de Grecia, la Reina, el palacio había sido restaurado y reformado por Franco, añadiéndosele un segundo piso, en el que se instalaron las habitaciones privadas y se habilitó el semisótano para los lavaderos, cocinas, despensas y servicio. Se construyó una piscina y una cancha de tenis para recreo. Un observador diría:

—Doña Carmen Polo, esposa de Franco, se encargó personalmente de supervisar la decoración de La Zarzuela, que se hizo con muebles, tapices y objetos de arte, pertenecientes como el mismo palacio al Patrimonio Nacional.

Pero Sofía, al ocupar la vivienda, quiso proporcionarle un ambiente más personal al lugar que iba a ser su hogar.

—Voy a respetar las piezas de valor artístico —dijo— aunque poco a poco voy a ir cambiando los muebles por piezas más cómodas, con un tapizado más moderno y alegre. Con los años, sería necesario la construcción de otros nuevos edificios aledaños para ayudantes y oficinas en La Zarzuela y se erigiría una sencilla ermita delante de la fachada principal.

“NO QUIERO CORTE NI DAMAS DE COMPAÑIA”

A pesar de Sofía ser hija de reyes, en el palacio real de Tatoi, Grecia, apenas si había corte. Desconcertada de lo que vio en España, le dijo a su marido:

—No entiendo por qué un miembro de tu casa tiene que comer por turno con nosotros, en nuestra misma mesa, como tampoco comprendo a las antiguas damas de la aristocracia luchar por un papel de camarera en nuestro hogar.

—Son costumbres monárquicas de España —respondió Juan Carlos.

—Realmente siento recelos. Al final nos pasarán la factura de su ayuda “desinteresada”, solicitando cargos y beneficios cuando llegue el momento. No quiero corte ni damas de compañía.

—No digas más —la interrumpió el Príncipe—. Estoy de acuerdo contigo. Juan Carlos también recelaba de tanto consejero y damas de compañía.

UNA PRINCESA CON CARACTER

Los Príncipes comenzaron a organizar sus vidas. Juan Carlos trabajaba sobre todo en el ministerio de Obras Públicas, y a lo largo de la década de los 60 se reunía una vez al mes en El Pardo con Franco, “su tutor”.

Por su parte, el General estaba al tanto de todo lo que ocurría en La Zarzuela.

Sofía asistía a conciertos rodeada por un cortejo de damas.

—Ya se cansarán —comentaba ella. Un concierto termina siendo insufrible para alguien a quien no le interesa la música clásica.

El ministro Laureano López Rodó impartiría clases privadas al Príncipe, en La Zarzuela, sobre economía y planes de desarrollo. En su libro Memorias, este recordaría que doña Sofía se había atrevido a hacer una solicitud:

—Como estoy consciente de que yo también debo prepararme para el futuro, me gustaría que al menos me permitiesen estar como oyente en esas clases..

Su petición fue aceptada con agrado.

LA PRIMOGENITA

Entre los deberes de Sofía como futura reina estaba el de dar descendientes al reino, aunque este era aún una quimera.

El día en que ella supo que estaba embarazada se volvió loca de alegría. Cuando dio la noticia a su marido, este la recibió de igual modo.

—No puedo estar más feliz —dijo él.

En los meses de espera, ella hizo un viaje a Grecia para, con la ayuda de su madre y su hermana Irene, encargar la canastilla de su bebé. —Quiero ropitas de fino lino con bordados a mano. Sofía era una mujer moderna y a su regreso se inscribió en un plan de preparación para tener un parto sin dolor, que dirigía el doctor Manuel María Mendizábal y constaba de ejercicios de relajación y de clases sicoprofilácticas.

También decidió que daría a luz en una clínica y no en el palacio, siendo la primera princesa, y luego reina, que lo hiciera en España.

—Hay tradiciones que pueden poner la vida en peligro y es innecesario conservarlas —dijo. Cuando se acercaba la fecha del parto, su familia vino de Grecia para acompañarla en esos momentos. El parto se retrasó unos días, y el rey Pablo tuvo que marchar a una misión. Finalmente, el 20 de diciembre de 1963, Sofía daba a luz a la infanta Elena en la clínica de Nuestra Señora de Loreto. —Es muy hermosa mi hija —dijo Sofía a su marido—. Ahora podré poner en práctica mis conocimientos de puericultura con mi propia hija.

Juan Carlos estaba muy emocionado. El pueblo había estado esperando la llegada de un varón, pero acogió la noticia con entusiasmo. Muchos pensaban que el nombre de Elena lo había elegido Sofía en base a su cultura griega, por Helena de Troya, la princesa conocida por su belleza. Pero el Príncipe aclaró que así llamaba su esposa a su muñeca preferida cuando era niña y que le propuso el nombre a él, que le pareció bonito.

El 27 de diciembre, monseñor Riberi bautizó a la nueva infanta de España en la capilla de La Zarzuela con el nombre de Elena María Isabel Dominica de Silos. Entre los invitados había dos personas sobre las cuales recaían todas las miradas: eran Franco y don Juan de Borbón. El Caudillo eludió cualquier conversación con el Conde. Ese atardecer, Sofía dijo:

—¡Estas son las Navidades más felices de mi vida! —exclamó con los ojos llenos de dicha.

No podía imaginar que un inesperado acontecimiento muy pronto la llenaría de dolor.

MUERTE DEL REY PABLO

Juan Carlos y Sofía viajaron a Lausana, Suiza, en febrero de 1964, para que la reina Victoria Eugenia conociese a su bisnieta Elena. Allí recibieron una alarmante llamada desde Atenas. —Hija, tu padre va a ser intervenido de una úlcera gástrica —dijo la reina Federica a Sofía—. Tememos lo peor.

Los Príncipes volaron a Atenas, y al llegar supieron que habían operado al Rey. Afortunadamente, este pudo conocer a su primera nieta, pero días después murió a los 63 años de edad, de cáncer.

Don Pablo de Grecia había sido un buen rey y un excelente padre.

—Yo lo adoraba —exclamó Sofía abrazada a su marido. Durante los funerales, ella mantuvo su rostro cubierto con un velo negro y tuvo que reprimir sus lágrimas en público, siguiendo el protocolo real. Unos días después, el rey Constantino II, su hermano, juraba su cargo ante el Parlamento y seis meses más tarde se casaba en Atenas con la princesa Ana María de Dinamarca, con la cual tendría dos hijos.

INTRIGAS Y EL NACIMIENTO DE LA SEGUNDA INFANTA

Siempre los enemigos se dedican a expandir intrigas y críticas, y no estuvieron exentos de ellas los príncipes de Asturias, Juan Carlos y Sofía.

Comentaban que “si Sofía no hablaba español y no quería aprenderlo”, “que si Juan Carlos era poco inteligente”, que “si iban a dejar algunas ropas en La Zarzuela para aparentar que estaban allí, pero que iban a mudarse enseguida”... Puras mentiras, que el propio Franco tuvo que ordenar que se desmintieran.

Aunque el General apostaba por Juan Carlos, dejaba una puerta abierta para Alfonso de Borbón Dampierre, el primogénito de los Borbones, hijo del infante don Jaime, hermano mayor del conde de Barcelona, quien antes de que su hijo naciera había renunciado a sus derechos al trono español. En un futuro este se casaría con la nieta de Franco.

Uno de los consejeros diría:

—El General se guardaba esa carta bajo la manga en caso de que Juan Carlos no prestase juramento a las Leyes Fundamentales y postulados del Movimiento.

Mientras tanto, Sofía volvía a quedar embarazada y el 13 de junio de 1965, un día daba a luz en la misma clínica Nuestra Señora de Loreto a otra niña.

—Es un amor —dijo el Príncipe, contemplando a la pequeña.

Para Franco y los monárquicos fue una desilusión, porque habían estado esperando al heredero.

Cuenta César de la Lama, en su libro Juan Carlos I Rey, que el Príncipe fue al saloncito donde aguardaba la prensa y pidió champán para brindar por la infanta recién nacida, diciéndoles:

“Les agradezco mucho su interés. Puedo adelantarles que mi esposa y la pequeña se encuentran en perfecto estado... Aún no hemos decidido su nombre en firme, pero creo que se llamará Cristina Federica Victoria y los Santos del día, Antonia de la Santísima Trinidad; Cristina fue una gran reina, muy querida por el pueblo español”.

De la Lama se atrevió a preguntarle:

—Su Majestad... ¿hubiese preferido un hijo varón?

A lo que Juan Carlos respondió: “Después de conocer a la pequeña, francamente, ¡no! No cambio a Cristina por nada del mundo. La Princesa y yo estamos muy contentos”

CAIDA DE LA MONARQUIA GRIEGA

El 21 de abril de 1967, un grupo de militares daba un golpe en Grecia aduciendo que querían destruir una conspiración comunista. Los poderes del rey Constantino se debilitaron. Más adelante, él mismo quiso dar otro golpe militar para restablecer la democracia, pero fracasó y terminó exiliándose en Londres el 14 de diciembre con sus dos hijos, su esposa y su madre, la reina Federica. Sofía lloró al conocer la triste suerte de su familia

—Una monarquía menos —comentó Juan Carlos

Sus palabras fueron como un presagio. En1973, al proclamarse en Grecia la República, Constantino fue desposeído del título de monarca.

LA LLEGADA DE FELIPE

En el verano de 1967, era del dominio público que Sofía estaba encinta de nuevo. La gente comentaba:

—Veremos si esta vez no falla. Su deber es dar un heredero a la dinastía.

Sofía pasó todo el embarazo bajo esta presión.

Afortunadamente, el 30 de enero de 1968, daba a luz en la misma clínica de siempre, a un varón.

El niño era rubio y de ojos azules, igual que sus hermanas. Juan Carlos llamó a Franco a El Pardo para darle la noticia. La euforia por el nacimiento del heredero era general. No se hablaba de otra cosa. El bautizo fue señalado para el 8 de febrero en La Zarzuela. El conde de Barcelona, su abuelo paterno, sería el padrino, y la reina Victoria Eugenia, la bisabuela paterna, la madrina. Cuál no sería la sorpresa de la anciana, que llevaba 37 años en el exilio, sin pisar suelo español, al llegar al aeropuerto de Barajas y encontrarse con una multitud monárquica que la recibió con vítores y aclamaciones.

—¡No se han olvidado de nosotros! ¡Nunca creí que pudiera contemplar una manifestación de cariño! —dijo a sus familiares y amigos.

Franco había enviado expresamente a una selecta comitiva de cinco ministros para recibirla en su representación. El obispo de Madrid en aquel entonces, Casimiro Morcillo, administró las aguas bautismales al heredero, al cual nombraron Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos.

José Luis Quintanilla, autor del libro Sofía, reina de España, señala que el nombre de Felipe le fue impuesto en recuerdo de diversos monarcas españoles que también lo llevaron y dieron mucha gloria a la historia de España.

Franco estaba presente en compañía de su esposa. Mientras se celebraba la ceremonia, la infanta Elena se la pasó tirando de las bolas doradas del fajín del uniforme del General que este llevaba puesto. Imperturbable, el Caudillo, no dejó de seguir atentamente el desarrollo del bautismo. La travesura de la infanta Elena fue captada en una fotografía que recorrió el mundo. Franco evitaba hablar con el conde de Barcelona, pero no hizo lo mismo con la reina Victoria.

El historiador Seco Serrano recogió de las memorias de Jesús Pabón, presente en el bautizo, que la Reina le pidió a Franco que designase en vida al rey de España, de lo contrario no habría rey, y este le contestó emocionado, pero con firmeza:

“Serán cumplidos todos los deseos de Su Majestad”. La reina Victoria Eugenia murió en 1969 y no pudo ver la ascención al trono de su nieto Juan Carlos.

UN MATRIMONIO FELIZ

Los príncipes de Asturias eran felices, se amaban y tenían una linda familia.

Eran amorosos con sus hijos. Veían la televisión juntos, les leían cuentos antes de dormirlos. Sofía traía y llevaba a las niñas a la escuela, como cualquier madre. Como educación complementaria, las infantas estudiaban piano y ballet.

Los Príncipes hacían deportes juntos y de vez en cuando daban de incógnito un paseo en moto por la ciudad.

La Princesa era una mujer que sabía hacer rendir el dinero, ya que no disponían de mucho, “Lo más importante es saber llevar la ropa”, dicen los expertos, y Sofía para suerte suya era y es muy elegante. Viste con propiedad sin ser esclava de la moda. Nunca le ha preocupado repetir los vestidos ni los encargaba a grandes diseñadores. Cuando fue reina y pudo hacerlo, escogió a los diseñadores españoles y ella misma les daba instrucciones de lo que quería, porque no le gustan los modelos sofisticados. Una de sus prendas de vestir favoritas es el mantón de Manila, que puso otra vez de moda.

En cuestiones de piedras preciosas no tiene especial predilección por alguna y mayormente usa pulseras y sencillas cadenas de oro con eslabones.

LA DESIGNACION DEL SUCESOR

El día 26 de junio de 1969, Franco comunicó a Carrero su decisión de nombrar a Juan Carlos sucesor de la jefatura de Estado a título de rey. La noticia llegó a oídos del Príncipe, pero como él conocía a Franco y sus vacilaciones en este asunto no forzó una entrevista con el Generalísimo y marchó a Estoril como tenía previsto para estar con su padre. Allí surgió una conversación al respecto de la postura vacilante de Franco, entre padre e hijo, que López Rodó relató:

—Si tú me prohibes que acepte, hago las maletas, tomo a Sofi y a los niños, y me voy. No puedo seguir en La Zarzuela... Estoy de acuerdo en que sería mejor que el rey fueras tú: pero si la decisión está tomada, ¡qué le vamos a hacer!

—Puedes hacer mucho, lograr que ahora no se haga nada, que se aplace.

—Esto no está en mi mano. Y si se me invita a aceptar, ¿qué harás tú?

Don Juan no contestó a su hijo, pero su madre y Sofía lo apoyaron.

Cuenta Joaquín Bardavío en su libro Los silencios del Rey, que a su regreso a Madrid, el día 12 de julio, Franco llamó a Juan Carlos para comunicarle su decisión. Emocionado, el Príncipe le preguntó:

—Mi General, pero ¿cómo no me había dicho nada sabiendo que iba a ver a mi padre? El ahora puede creer que yo sabía la noticia y que no he querido dársela.

—Por eso yo no le dije nada —le dijo Franco—, porque si le hubiera pedido palabra de honor de guardarla en secreto, y si su padre le hubiera preguntado algo, le hubiera tenido que mentir. Y preferí que no mintiera a su padre. Franco lo miró con rostro impenetrable por unos segundos. Después le preguntó a Juan Carlos:

—Entonces... ¿qué decide Alteza?

—De acuerdo, mi General, acepto —dijo Juan Carlos.

Luego regresó a La Zarzuela y dio la noticia a su mujer. Encerrándose en su despacho llamó a su madre y le contó todo; después sostuvo una conversación muy tensa con su padre, quien le reprochó que ya él sabía la noticia cuando había estado en Estoril.

El Conde reaccionó escribiendo una carta a todas las familias reales, manifestándoles su inconformidad con el nombramiento de su hijo, pero el Consejo Privado evitó que fuesen enviadas.

Las relaciones entre padre e hijo se resquebrajaron y dejaron de hablarse.

Los días antes de la votación, el propio Juan Carlos propuso cambiar el título que ostentaría de príncipe de Asturias por el de príncipe de España. El día 22, el pleno de las Cortes aprobó por 491 votos a favor, 19 en contra y 9 abstenciones, la designación de Juan Carlos como sucesor a título de rey y también se le nombró Jefe de Brigada. Al día siguiente en La Zarzuela, y ante el ministro de Justicia Oriol Urgijo, Juan Carlos y Sofía, con sus tres hijos presentes, aceptaron la ley votada por las Cortes. El camino al trono comenzaba a despejarse. Pero lo cierto era que había que esperar la muerte del Caudillo para que comenzase el verdadero trabajo de Juan Carlos: ser el rey. El 22 de noviembre de 1975, sucedió la muerte del Generalísimo. Poco antes, Juan Carlos y Franco habían sostenido una emotiva despedida. El Príncipe se acercó a la cabecera del General y este le tomó la mano, se la apretó fuerte y le dijo en un suspiro: —Alteza, la única cosa que le pido es que mantenga la unidad de España.

Sus palabras no serían olvidadas por Juan Carlos. Tras los funerales de Franco, España estaba lista para la transición hacia la democracia. El día 27, Juan Carlos fue coronado rey, sin que su padre hubiese abdicado al trono. El Conde no asistió a la coronación de su hijo.

Pero en España reinaba la alegría. De manera espontánea, miles de españoles llenaron la plaza de Oriente, frente al palacio real para vitorear a los nuevos soberanos. Sofía y Juan Carlos tuvieron que salir cinco veces al balcón principal para saludar a sus súbditos.

(Continuará en el próximo número).
 
Any english translation,please?thanks in advance.
 
That was a great article! I used freetranslation.com to understand what it says, it was a good translation. But, you do have to cut it into pieces because it's too long to translate all at once.

One thing I need help with. Does it say that they did not have money for a honeymoon and instead stayed with friends and relatives around the world?

Also, in Royal Romances magazine that I just read, from the 1980s, they claim that Harald of Norway was infatuated with her, and she tried to dissuade his attention.
:flower:
 
An old pic of Queen Sofia in Maiorca :flower:

I realy adore this pic :)
 

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Wow! Thanks everyone for that amazing pics! I love to look that old photos of our Royal Family, they are very sweet. :heart:
Thanks so much again and go on posting! hehe ;)
 
princess ireni

Has a possible "fiancé" to princess Ireni ever been known? or a simple boyfriend?
I think it is a bot sad that she remained single.

Elena
 
Bubbette said:
It's weird Constantine is pretty smiley, but Sophia is not.

Why is it weird and what is the big deal? They are siblings but that doesn't mean that they are necessarily very alike. In lots of families some traits are shared and others are not. Frederik of Denmark is very smiely but his brother Joachim is much more stern looking. Even Sofia's own children are different: Felipe and Cristina seem to smile more than their sister Elena.
 

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Some very sweet, lovely nostalgic photos-and it makes me hope that Felipe and Letizia will one day have their own family. Sofia and Juan Carlos are one royal love match that has stood the test of time.
 
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